Semblanza sobre Albino García, un héroe injustamente olvidado

foto69 AUTOR: Rosa Elena Lozano Arton

Docente

INSTITUTO TECNOLÓGICO SUPERIOR DE IRAPUATO 

Correo electrónico: Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.

 

 

Este documento incluye una semblanza de un héroe de la Independencia Nacional que fue Albino García, un personaje que nació en el municipio de Salamanca, Gto. Y que se unió al ejército insurgente logrando grandes batallas en ciudades del bajío. Se hace un resumen del libro publicado por el sociólogo Lorenzo Roberto Trejo Rodríguez, mismo que será dado a conocer este 24 de febrero en la casa de la cultura de Irapuato. Un héroe de la independencia que fue aprendiendo de sus derrotas y que hizo uso de sus habilidades en la charrería para romper las líneas enemigas.

 

En el marco de nuestra magna fiesta por el bicentenario de la Independencia, y bajo la luz de un "descubrimiento" (y menciono esto como si fuese un elemento nuevo no porque en sí verdaderamente lo sea, sino porque la historia oficial de alguna manera ha caído en la omisión sobre este héroe en particular), el Soc. Lorenzo Roberto Trejo Rodríguez publica un libro sobre Albino García, quien fue un humilde peón de rancho, pero con una audacia y habilidad mayúsculas, y sobre todo con un corazón verdaderamente apasionado que pone incondicionalmente al servicio de la Patria.

 

Es de lo más interesante y relevante retomar la historia de Albino García alias "El Manco" de quien la historia oficial no hace mención, al menos en los libros de texto escolares, y quien con su arrojo y valor, además de una preclara intuición militar venció en varias ocasiones a Agustín de Iturbide, controversial figura nacional de reconocido orgullo y vanidad, quien inició en la guerra de Independencia luchando bajo la bandera enemiga, y que en esta etapa precisamente fue vencido por la habilidad de Albino de adelantarse mentalmente a las estrategias enemigas, y obrar acorde con esa intuición.

 

Albino García, un joven idealista e inteligente que se abrió paso en la vida gracias a su habilidad en las artes de la charrería, y quien se ganó el respeto de sus congéneres no solamente por dicha habilidad, sino sobre todo por la nobleza de sus sentimientos, los que sobrepuso a riesgo de encontrar la muerte por favorecer a los peones de la hacienda de Quiriceo. Siendo un magnífico jinete a más de veloz, era capaz de recorrer enormes distancias rápidamente. Su enorme conocimiento del Bajío de todos sus cerros, montañas, grutas, escondrijos, que adquirió gracias a su trabajo como conductor de recuas por todo el estado, y a su gallardía, se transforma en un elemento clave de las fuerzas insurgentes comandadas por Miguel Hidalgo y Costilla.

 

En su fiel Cabrón, que así bautizó a su caballo, recorrió distancias inimaginables con la velocidad del rayo, desconcertando con ello a sus enemigos que no podían ni siquiera figurarse en dónde aparecería la siguiente vez.

 

Albino había sufrido desde niño los abusos de los españoles en carne propia, y a través de su ir y venir por todo el Bajío, había sido testigo de situaciones similares a todo su alrededor. Albino se rebelaba interiormente ante esta injusticia, y buscaba la manera de revertir estas situaciones precisamente cuando la oportunidad se le da de lleno al integrarse a las fuerzas insurgentes de Hidalgo.

 

En un principio Albino fue derrotado consecutivamente por su falta de experiencia, pero esto fue superado rápidamente y fue entonces cuando su genio militar comenzó a desarrollarse y a brillar con sus victorias.

 

Una de las técnicas que desarrolló, aprovechando su habilidad ecuestre era que cuando las formaciones enemigas eran cerradas se hacía uso de una reata reforzada; dos hombres bien montados ataban a la cabeza de sus respectivas sillas de montar las extremidades de una cuerda cuya longitud era mayor al ancho de la tropa enemiga en formación. Los dos jinetes trotaban unidos hasta ubicarse a tiro del enemigo, separándose entonces por ambos flancos y acicateando furiosamente a sus bestias a la mayor velocidad y con la soga bien tensa, derribaban a los soldados enemigos que estaban a su paso, rompiendo las líneas y a continuación las fuerzas insurgentes caían sobre los españoles haciéndolos trizas.

 

La suerte estaba echada, y resultó contraria a Albino, quien comenzó a minarse en su salud por haber contraído la gota. Esta enfermedad no evitó que Albino continuara acechando al enemigo, sin embargo llegado un momento en el que decidió tomar un descanso junto con su tropa, seguro de que Iturbide estaría cuidando un cargamento de oro con destino a la ciudad de México, fue víctima de una trampa por parte de Iturbide, quien hizo correr la voz de que se dirigía hacia San José de los Amoles, cuando en realidad se dirigió hacia Valle de Santiago en donde al fin pudo atrapar a Albino, con quien se ensañó haciendo gala de su crueldad pues en varias ocasiones lo mandó fusilar junto con su hermano, empleando para ello balas de salva, y sometiéndolos a la angustia de sentirse ya muertos y sin embargo seguir con vida. Esta venganza pone de relieve la inquina que Iturbide le tenía al Manco por haberlo vencido reiteradamente, siendo que como él lo mencionaba no era más que un indio piojoso, e Iturbide, aristócrata y militar de carrera no podía tolerar que Albino lo hubiera derrotado tantas veces.

 

Sirva este momento de fiesta y celebración del bicentenario para que salgan a la luz todos aquellos héroes que hayan sido injustamente olvidados por la historia de los libros de texto, y con cuya sangre derramada nos bautizaron como ciudadanos independientes. A todos aquellos héroes anónimos, los miles que ofrendaron su vida con humildad y dedicación para hacernos un país libre. Aquellos que deben inspirarnos diariamente el inmenso amor y la pasión por liberar a nuestra patria del yugo del enemigo.

 

Bibliografía:

TREJO RODRÍGUEZ, Lorenzo Roberto (1994). Un héroe olvidado. 3ª. Edición 2010, Irapuato, Gto. Ed. Tregraf. Colección Héroes de la Independencia.